Cuando duele el alma – Parte 1

Momentos en la vida, donde la oscuridad aparece en un momento menos indicado. La esperanza de luchar, vivir, de seguir adelante, es manchado por personas que no valoran, pero más allá de eso, existen momentos difíciles, como las agresiones físicas, psicológicas que afectan totalmente su parte más íntima de su ser.

Contaremos historias reales de personas que han sufrido en diferentes panoramas de la vida. Por respeto, hemos cambiado los nombres reales, para que así no se reconozcan. Es de suma importancia que la gente se de cuenta que estas cosas suceden y es importante que este espacio pueda hacer un grito enorme a la sociedad de lo que se vive día a día tanto mujeres como hombres.

Si usted ha vivido cosas parecidas y necesita ser expresado al mundo, cuente con nosotros para divulgar de las cosas que suceden y que algunas veces son ocultas por los mismos seres humanos.

¡Hola Luna! ¿Cómo estás? Esperemos que hoy estés bien. La buena vibra y desearte el bien a las personas, crea una energía diferente.

Te llamaremos Luna para proteger su identidad. Eres de las personas que se contará diferentes vivencias.

Además, agradezco que abrieras una puerta “maldita” de lo que te sucedió años atrás y que lo quieres compartir conmigo.

Coméntame brevemente su historia de agresión que vivió años atrás:

Hola Marco, estoy bien, gracias, espero vos también.

Comenzó como creo comienza la de todos: conocí a un gran actor, un tipo “encantador”, con mucha labia y manipulador, todo se dio muy rápido.

Vivo en un departamento al lado de la casa de mis abuelos y mi tía, en poco tiempo lo traje a vivir conmigo, pues me decía que donde alquilaba un cuarto estaban a punto de echarlo y no tenía a dónde ir, me decía que su única opción era irse a una bodega que un compa le podía prestar por unos días, porque en su familia nadie lo ayudaba, que no lo apoyaban, que lo ignoraban, me hablaba horrores de la mamá y le creí, luego entendí el por qué no lo querían cerca…

Lo recibí con todo y su gato, en noviembre del 2017, desde que se instaló se creyó el dueño y señor de mi casa y su actitud conmigo cambió, me decía cómo vestir, peinarme, maquillarme y empezó a subirme la voz, incluso cuando hablaba por teléfono con su mamá la trataba como basura, le gritaba y el exigía cosas.

Para febrero del 2019 se dio la primera agresión: acababa de bañarme, me había lavado el cabello y llevaba un paño en la cabeza, me lo quitó a la fuerza y comenzó a golpearme en la cabeza con él mientras me gritaba, ¿el motivo? no le gustaba cómo andaba vestida. Se convirtió en una batalla campal, agarré mi celular para llamar a su mamá, pero me dio por la cara y tiró mi celular al piso, yo le di una patada en los testículos, no dejaba de pegarme, incluso intentó tirar mi laptop al piso, al final se fue, Yo estaba en shock, no sabía qué hacer, jamás esperé nada eso, uno nunca piensa que le pude pasar, sentía vergüenza, me sentía profundamente humillada.

Al final llamé a su mamá y me contó que él lo había hecho antes, que la había agredido a ella, a una tía y a otras novias, a una incluso la enviaron a USA para alejarla de él, luego él admitió que a ella le quebró la nariz, me dijo que hablaría con él y lo “hizo” pero tipo: no seas idiota, no le pegues porque te vas a quedar sin donde vivir, o sea…

Cuando volvió estaba como si nada hubiera pasado, no se disculpó, esa fue siempre su actitud luego de agredirme, nunca se disculpó ni una sola de las veces que me agredió física y emocionalmente, para él es normal que las parejas peleen a ese grado.

Las agresiones subieron de tono, por cualquier cosa se encolerizaba, con ese carácter no pega en ningún trabajo, tiene serios problemas con las figuras de autoridad, así que ante el menor mal modo, reacciona mal, casi que yo lo mantenía.

Poco a poco me fui disminuyendo, me abandoné a mí misma por la depresión, la ansiedad, subí de peso, me descuidé en todo sentido, simplemente no sabía cómo salir de eso, llegué al punto de no querer vivir, en una ocasión en que me ahorcaba contra la pared, logré gritarle que me matara de una vez si eso era lo que quería hacer, que ya no soportaba más, me soltó y me dijo que era una maldita loca, una bipolar, que él no quería hacer eso.

“Maldita loca”, “bipolar”, palabras que me decía siempre, porque tengo depresión mayor, cuadros de ansiedad y tengo autismo, términos demasiado elevados para una bestia como él.

Las humillaciones estaban a la orden del día, me decía vaga, que odiaba mi cabello, que estaba gorda, me escupía, si algo tengo claro es que nunca le tuve miedo, siento que yo también me volví una agresora, no solo me defendía, cuando él se enojaba y me decía tantas cosas hirientes, a veces fui la primera en lanzar el golpe, me decía a mí misma: si alguien va a morir, que sea él y no vos y no lo niego, muchas veces pensé en matarlo mientras dormía, la desesperación te puede empujar al límite.

En una ocasión en que mi familia no estaba, me dio dos cachetadas con la mano abierta, él es un tipo medio alto y flaco, pero con mucha fuerza, me hizo caer en un charco de orines de los perros, me sentía tan humillada que ese fin de semana no me bañé, en parte lo hice para incomodarlo, pasé 48 horas oliendo a orines.

La última vez que me agredió se asustó porque me hizo sangrar, era de noche, me estaba gritando, yo tenía puesta la ropa que uso para dormir y andaba sin sostén, él se volvió realmente loco, tomó con su mano (que son grandes) mi seno derecho y tiró de él como si quisiera arrancarlo, nunca sentí un dolor como ese, al llegar al pezón metió sus uñas y vi sangre, me arrancó un pedacito de piel, ahora tengo una cicatriz que llevaré en mi cuerpo por el resto de mi vida, cortesía de alguien a quien alguna vez quise y decía quererme, qué manera…

En diciembre del año pasado logré echarlo de mi casa, bajo amenaza de llamar a una patrulla y denunciarlo, en total fueron 4 años de agresiones.

¿Por qué lo soporté? Todos tenemos diferentes razones para hacerlo, en mi caso fue por mi familia, no quería traerles más dolor y angustia pues en poco tiempo perdimos inesperadamente a mi abuela y tío, debido al cáncer, mi abuelo también enfermó de cáncer (él sobrevivió) y la pandemia empeoró mi depresión y ansiedad, además que me sentía como una basura, sin voluntad de nada.

Me repugnan ciertos comentarios como “es que usted lo permitió”, “es que si no denuncian es porque les gusta que les peguen”, un momento, yo no permití nada pues me defendía, ¿a quién demonios le va a gustar que le peguen?, esos comentarios solo pueden venir de gente ignorante, muy en su zona de confort y estúpida, ¿pretendían que lo matara, que me convirtiera en una homicida y arruinara mi vida?, ¡PÚDRANSE! Lo mejor que pueden hacer quienes no entiendan esto, es callarse.

Lo último que puedo decir, es que esto le puede pasar a cualquiera, hombre o mujer, rico o pobre, los agresores son buenos actores, te envuelven, no te dejan ver las banderas rojas, saben mentir muy bien, son muy manipuladores, por favor, a la primera falta de respeto o grito hay que salir de ahí, esa gente no cambia, serán agresores siempre porque ni ellos admiten o entienden que lo son, lo ven normal. El gato se quedó conmigo, a él también lo agredía.

OPINIONES

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